La
Tragedia o Masacre de Pirovano en un
hecho luctuoso enmarcado en la denominada Revolución Radical
de 1905 y acaecida el
5
de febrero de 1905 en la estación ferroviaria de la
pequeña localidad de Pirovano.
El
4 de febrero de 1905
se inicia una nueva sublevación cívico-militar con el objeto
de realizar grandes cambios en el sistema de sufragio de
nuestro país encabezada por el líder del radicalismo Dr.
Hipólito Yrigoyen. La misma denominada
Revolución Radical de 1905 se desarrolló en las
provincias de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Santa Fe en
donde durante cinco días existieron conflagraciones de
diversa intensidad entre radicales y las fuerzas militares
que responden al gobierno del autonomista nacional Manuel
Quintana.
Durante el transcurso de esos días un hecho manchó de sangre
el levantamiento popular contra el régimen. El mismo tuvo
lugar el
5 de febrero
de 1905 en un muy pequeño poblado del partido bonaerense
de Bolívar que contaba tan solo con algunas pocas casas que
rodeaban la estación de trenes denominada Pirovano.
En la madrugada del
4
de febrero en la ciudad de Bahía Blanca un grupo de
civiles y militares todos de extracción radical encabezados
por el Mayor Aníbal Villamayor y el Dr.
Valentín Vergara lograron sublevar al 2º y 6º de
regimiento de infantería totalizando algo más de doscientos
hombres que se dirigirán en tren hacia Buenos Aires para
sumarse a la revolución liderada por
Hipólito Yrigoyen. Para evitarlo la tropas leales al
gobierno dinamitan un trayecto de las vías pero el convoy
continuó su viaje haciendo varios cambios de vías que los
obliga a pasar por Pirovano donde muy temprano por la mañana
del día 5 de febrero son recibidos por el jefe de la
estación don Pedro García y un puñado de pobladores que
ponen a disposición algunos víveres para la tropa. Allí
detienen su marcha y son anoticiados de que el movimiento
había fracasado en Capital Federal y que fuerzas leales al
gobierno, muy superiores en número y armamento, venían a su
encuentro desde la Plata. Para ese momento la situación se
tornó insostenible y los principales dirigentes deciden
tomar las siguientes acciones: acantonar la mayoría de la
tropa (unos 40 oficiales y 200 soldados) en un galpón
cercano, apostar en la estación y en el tren una reducida
guardia, encomendar a grupo a salir en búsqueda de caballos
y/o carruajes para una posible huida y paralelamente iniciar
negociaciones con las fuerzas que venían a darles captura.
Cuando estas deliberaciones estaban terminando, parte de la
tropa de Villamayor, enfurecida con sus oficiales quienes
habían impedido con sumo rigor cometer cualquier atropellos
contra las propiedades que fueron atravesando durante su
marcha, se subleva asesinando a dos oficiales y se dirigen a
la estación donde abrieron fuego contra el grupo que
esperaba en ese lugar matando a seis civiles y cinco
militares e hiriendo de gravedad a otros dieciséis de los
cuales ocho fallecieron posteriormente. En la confusión
algunos lograron salvar su vida en forma providencial como
fueron los casos de
Vergara que se debió esconder en medio de la balacera
debajo del cuerpo sin vida de Khur; don Santiago Brunel,
secretario municipal de Bahía Blanca, que ser refugió el
cuarto del jefe de la estación; Alejandro Witcomb, por si
parte, se escondió en uno de los coches del tren y Luis
Roque Gondra y el capitán Alberto Uthinger que cargaban al
sub teniente Aníbal Montes de Oca, que estaba malherido,
logran llegar a duras penas el vagón de la cocina, donde se
hallaban varios oficiales más.
Muchas de las víctimas que quedaron tendidas en la estación
además de ser acribilladas a balazos fueron rematadas con
bayoneta. El ensañamiento tomó tal dimensión que en el
capote de uno de ellos, el Ingeniero Cornelio Baca, se
contaron 28 perforaciones entre disparos de fusil y
bayonetazos.
En la nómina de fallecidos se encontraban:
Civiles:
. Agustin Baca
.
Alejandro Moreno.
.
Dr. Anibal Rocca.
.
Ing. Cornelio Baca.
.
Esteban Tulla.
.
Ing. German Kurt.
.
Dr. Inocencio Arroyo.
.
Luis Meaca
. Martin Mortezano.
y 8 civiles desconocidos que descansan en el cementerio de
Bolivar.
Militares:
.
Teniente Avelino J. Montero
.
Subteniente Hipólito Verniard.
.
Teniente Jose M. Bello.
.
Soldado Luis Carabajal.
.
Soldado Miguel Martigorena.
Tanto el Mayo Anibal Villamayor como otros líderes civiles y
militares se entregaron a las autoridades en los días
subsiguientes siendo detenidos en el penal de Ushuaia y
degradados los militares.
Algunas de las víctimas descansan en el Panteón de los
Caídos en la Revolución del Parque de 1890 en el Cementerio
de La Recoleta.
Fuentes:
. Ley de la Provincia de Buenos Aires Nro. 14752 de
01/09/2015
. Revista El Arcón de Clio.
. Revista Caras y Caretas 1905.
. Municipalidad de Bolivar.