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“MANIFIESTO AL PUEBLO
DE LA REPÚBLICA
El gobierno de hecho ha
comunicado a la Unión Cívica Radical que efectuará las
próximas elecciones de noviembre con la prescindencia de
la Ley, para darse un sucesor por medio de la fuerza. No
significa otra cosa la nota que, en nombre del Poder
Ejecutivo firma el Señor Ministro del Interior, al
contestar la que esta Mesa le enviara pidiendo comicios
limpios para elegir autoridades legales. Al negar la
derogación de decretos violatorios de las garantías
cívicas, el gobierno cierra el comicio a nuestro
partido. Necesitamos, pues, explicar a la Nación lo que
significa para las instituciones este acto insólito.
[…] Desde el 6 de septiembre de 1930, el gobierno de
hecho empezó a descender por una pendiente que está
protocolizada en decretos, comunicaciones y discursos
que la historia recogerá como documentos excepcionales
de la evolución argentina.
[…] Mas ahora, después de la nota del Señor Ministro del
Interior, hemos llegado al momento en que el gobierno de
hecho, arrinconado por la fuerza civil del radicalismo,
rehúye el combate en el terreno de la razón pública y de
las instituciones patrias, despojándose del manto de
ficción legal con que durante un año se cubriera.
Eso es, precisamente, lo que la Unión Cívica Radical
necesitaba para mostrar al pueblo argentino, en toda su
horrible desnudez, la verdad de la hora política en que
vivimos, y para que los demás partidos y todos los
ciudadanos sepan a qué especie de elecciones se los
convoca.
[…] Nada hay en ello que demuestre respeto al espíritu
ni a la letra de la Constitución, a todo lo que fue el
ideal del pueblo argentino durante el siglo de
contiendas por la democracia.
[…] No es la tradición de Mayo y de la Constituyente, no
es en los paladines militares de la magna epopeya, no es
en el pensamiento civil de Moreno, de Echeverría, de
Alberdi, de Sarmiento, de Sáenz Peña en donde se hallan
los hontanares de las fuerzas regresivas predominantes
en la Argentina oficialista de hoy.
[…] La libertad de sufragio conquistada por la Unión
Cívica Radical para el pueblo argentino, desalojó del
gobierno a una oligarquía ya caduca. La nueva Argentina,
que llegó al gobierno con la Unión Cívica Radical,
impuso orientaciones populares, que hirieron otros
intereses de casta o de gremio solidarizados hoy con la
resucitada oligarquía. Los sucesos del 6 de septiembre
han conducido a sus autores de la agresión contra el
partido que los venció en lucha real, a una agresión
contra el pueblo y sus instituciones civiles.
El espíritu del radicalismo, que es el espíritu de Mayo
y de la Constituyente, palpita no sólo en la reforma
electoral, contra la oligarquía política, sino también
en la reforma universitaria, contra la oligarquía
doctoral, y en la reforma obrera, contra la oligarquía
económica. Esas tres fuerzas reaccionarias, de filiación
exótica o anacrónica, son las que se han unido contra la
Unión Cívica Radical, apoyándose en prejuicios
virreinales y en ambiciones entorchadas. Las líneas
están así tendidas, y el pueblo lo sabe. Por eso la
Unión Cívica Radical se siente hoy más fuerte que nunca;
fortaleza del número para el comicio del que se la
excluye y fortaleza del espíritu para la historia de la
que nadie podrá excluirla.
Los hombres libres y los partidos que se dicen
democráticos, se hallan en una encrucijada decisiva; o
se pondrán a nuestro lado para defender los derechos del
pueblo, o se resignarán a participar en una parodia. […]
[…] En la iniquidad que denunciamos, el radicalismo se
exalta y purifica como un leño en la llama. La prueba a
que se nos somete es nuestra justificación ante la
historia. La Unión Cívica Radical no vive de anécdotas
electorales ni de días burocráticos, sino de ideales
heroicos y de lustros históricos. Nuestro es el
porvenir, porque la juventud y el pueblo están con
nosotros.”
Redactado por: Ricardo Rojas y
publicado por la
Mesa del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical en
Buenos Aires el 27 de octubre de 1931.
Fuente: Natalio R. Botana, E.
L. Gallo, E. B. Fernández, Serie Archivo Alvear, 2. La
abstención del radicalismo, 1931-1934, Buenos Aires,
Instituto Torcuato Di Tella, 1998. |
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